El ACV sucede cuando una arteria del cerebro se obstruye. Un tercio se recuperan, otro tercio muere y los restantes quedan con secuelas. Es la primera causa de muerte entre las mujeres.
El tratamiento habitual consiste en dar estatinas a los pacientes que tienen placas que obstruyen la arteria carótida, para evitar los coágulos. Estas placas se pueden romper y migrar al cerebro causando el ACV.
“Cuando la obstruccion que producen esas placas está por debajo del 70% no es necesario operar.
Entender el mecanismo Para tratar de resolver este problema, un equipo liderado por los investigadores, ha buscado marcadores para saber cuándo la placa es inestable y puede romperse y generar material que cause trombos. Con esa información se sabría mejor si es necesario intervenir. “Ahora sabemos que hay una migración de células y una proliferación celular en la placa, pero no se conoce el mecanismo preciso por el cual la placa se rompe”
En un artículo publicado en la revista Scientific Reports, los responsables de este trabajo obtuvieron muestras de placas inestables de la carótida en pacientes que habían tenido ictus y otras estables en personas sanas. Después, secuenciaron genéticamente este material en busca de diferencias que puedan explicar sus distintos comportamientos. Así, encontraron 67 genes que estaban regulados de manera diferente en los dos tipos de placa y a través de un estudio bioinformático observaron que las placas inestables tienden a la muerte celular y las estables, las que no causan problemas, a la calcificación. La calcificación, el mecanismo para formar hueso, ayudaría a dar estabilidad a la placa, mientras que la muerte celular debilitaría las placas y facilitaría su ruptura.
Autor: Daniel Mediavilla
Link original: https://elpais.com/elpais/2017/07/13/ciencia/1499962316_830760.html
Fuente: Diario El Pais España.